El país está en una situación muy complicada y sin visos de mejorar. Las medidas tomadas por los diferentes gobiernos resultan infructuosas. Un día decides que ya está bien, que te tienes que movilizar para no perder tus derechos y acudes a manifestaciones y a huelgas para defenderlos. Pero te topas de frente con los antidisturbios que en lugar de ponerse de tu lado, pues los intereses de ambos son los mismos, deciden darte porrazos porque sí para que tú reacciones y así poder justificar su uso de la violencia. Tú no entiendes la situación, y decides dar a uno de ellos donde le duele: "algún día le diré a tu hijo que su padre es un sinvergüenza". El policía se desfoga un poco más contigo y su actuación es respaldada por el Gobierno. Acaban consiguiendo que para la opinión pública el malo seas tú y no se hable del motivo por el que te manifestaste. El tiempo pasa sin que nada cambie. Avanzan los recortes de derechos y el país está más aún al borde del abismo porque quienes deberíamos estar unidos en la misma causa, pues a todos nos beneficiaría, nos enfrentamos entre nosotros mientras los poderosos siguen viviendo a lo grande.