17/1/09

La dichosa cremallera

Cuando se habla de arte y artistas en el campo de la escultura solemos pensar en raros artefactos amorfos que carecen de sentido al observador común. Por eso resulta sorprendente que nos planten una cremallera gigante, tal cual, en medio de una de las principales arterias de la ciudad. Vista varias veces te acabas acostumbrando, pero no me acaba de convencer, al igual que la que hay al lado del Sabeco dedicada a… ¿Chava Jiménez? ¿Dos trozos de trozos doblados de metal oxidado y encima de ellos otros dos más pequeños? Pues vale. Que no todo va a ser críticas, oyes, que la que dedican al ciclismo abulense o la de la hermandad de donantes de sangre me parecen bien elegantes. El caso es que luego tenemos otras esculturas mucho más representativas de la ciudad escondidas en callejones por donde nadie pasa. Me refiero a la escultura dedicada a doña Ximena Dávila, heroína abulense, condenada a ocupar un oscuro lugar en la Plaza de San Miguel.

Pero hablando de esta obra de arte, esta descomunal cremallera, podemos convertirnos por un momento en expertos en escultura e intentar descifrar lo que significa. Porque para ocupar un lugar tan céntrico de la ciudad seguro que algo tiene que ver con ella. Veamos algunas posibilidades.

La primera vez que pude verla, me sorprendió saliendo de la estación de autobuses. En ese momento me dije: ¡coño! Ha llegado el destape a Ávila, con retraso, pero bienvenido sea. Pasados unos días, descartamos esta opción por lo absurdo que resultaría que esta ciudad cambiara.

Y esos días que han pasado, ayudan a pensar que lo mismo esa cremallera no está bajándose, sino subiéndose. Entonces sí que sería un gran símbolo para nuestra ciudad, del inmovilismo, del rechazo a las influencias del exterior, del estancamiento medieval en que vivimos, donde las murallas siguen siendo un elemento de vanguardia.

Aunque dando otro golpe de efecto volvemos a la teoría de que esa cremallera va en sentido descendente. Y al bajarse produce un movimiento en cadena. El del pantalón al que está sujeta dirigiéndose hacia las pantorrillas. Esto sí que es un símbolo para Ávila. Ésta sí que representa el espíritu de quien nos dirige desde las oscuras dependencias del Ayuntamiento. Esa bajada de pantalones para que los de arriba puedan manejarnos a su antojo mientras callamos, que hablar con la boca llena es de mala educación.

Gracias señor alcalde por ubicar este auténtico símbolo de nuestra ciudad y provincia y mostrando el espíritu que os caracteriza. Es de agradecer que no se oculte la inoperancia, pero también de lamentar que nuestros paisanos sigan ciegos los dictados de los cuatro caciques de turno que nos abocan a un futuro de más abandono, más envejecimiento, más emigración, menos Ávila.

12/1/09

Solidaridad con el pueblo palestino

Poco puedo añadir a lo que se ha ido comentando en estos días en todos los medios de comunicación, desde todas las asociaciones culturales y formaciones políticas e incluso en las tertulias familiares o profesionales del café de después de comer. Mientras nosotros estamos tranquilamente en nuestras casas, atiborrándonos de comida como todas las navidades y aletargados con la morfina de las rebajas, centenares de palestinos están sucumbiendo a un brutal e indiscriminado ataque israelí. ¿Y es que acaso podemos hacer algo?

¿De qué sirve concentrarnos en apoyo al pueblo masacrado cuando pertenecemos a un consorcio (la Unión Europea) que ni pincha ni corta en la geopolítica mundial? Si contra la guerra de Irak se realizaron manifestaciones multitudinarias y los gobiernos no fueron capaces de rectificar, en este caso tampoco se puede pedir peras al olmo. No es Sarkozi el político que mejor me cae (y no es envidia, o eso quiero creer) pero en estos tiempos es el que más pone la carne en el asador a la hora de intentar que Europa funcione como una sola institución, que todos tiren de la cuerda hacia el mismo lado. Y es que, como dije alguna línea atrás, Europa no es más que eso, un consorcio, una agrupación de estados que, por el momento, tan solo se pone de acuerdo en temas económicos obviando lo social.

En fin, mi pretensión en estas líneas tan solo es la de mostrar mi apoyo, aunque de nada sirva este granito de arena, a todas aquellas familias palestinas que han perdido un hijo, un hermano o un amigo en la franja de Gaza durante estas navidades sangrientas. Tampoco me son indiferentes los ataques de terroristas suicidas al transporte urbano o al comercio israelí. También expreso mi repulsa sin paliativos. Porque el pueblo, aunque digan que es el que manda, siempre es el que sufre las consecuencias. No obstante, mis mayores condolencias van hacia el pueblo palestino. Porque les arrebataron su tierra creyendo que hacían justicia con el pueblo judío cuando ellos no tenían nada que ver en el asunto. Porque cada mañana tienen que pasar por decenas de controles israelíes ¡para moverse por su propio territorio! Porque están divididos y desabastecidos de lo más necesario. Porque David ya no es ese valiente muchacho que tan solo disponía de una honda para defenderse del agresor nazi. Ahora se ha revestido de metal y emula a sus verdugos. Y es que… el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.

5/1/09

Queridos reyes vagos

Sí, sois unos perros, nunca me traéis lo que pido. Pues este año voy a pedir más que nunca. No penséis que con poner la excusa de que la carta llega con solo un día de antelación os vais a librar de satisfacerme. No lo quiero para mañana, os dejo todo el año de plazo. Leed con atención porque si no lo cumplís juro que me hago fan del gordo, que, aunque sea solo uno, curra tanto o más que vosotros, y llega antes. Joder, que es que parecéis españoles. Seguro que solo trabaja el negro y los otros dos mirando.

- Quiero que los pueblos los pueblos del tercer mundo puedan vivir de sus recursos y no de las migajas que les dejan las multinacionales.

- Quiero que la ayuda humanitaria sea menos de paquete de lentejas (pan para hoy, hambre para mañana) y más de herramientas (en vez de dar el pez enseñarles a pescar) y métodos maltusianos (que 7 hijos por mujer donde no puedes alimentar ni a 2 es mucho).

- Quiero que en Oriente Próximo cesen las hostilidades y los israelitas no traten de emular a sus tan detestados nazis.

- Quiero que Occidente deje de imponer sus valores, pues no son universales, y respete al resto de civilizaciones.

- Quiero que todos los que están pasándolo mal con la crisis recuperen su trabajo y los que lo tienen que lo mantengan.

- Quiero que desaparezcan todas las formas de terrorismo, el estatal (Israel), el religioso (islamista), el mafioso (ETA), el casero (violencia de género), el viario (conductores drogados), y otros muchos que ahora mismo no me vienen a la mente.

- Quiero que las mujeres puedan decidir por si mismas tener a sus hijos o no sin que las religiones se metan por medio con moralidades de medio pelo.

- Quiero que Castilla esté unida y sea fuerte dentro (o fuera) del Estado español adquiriendo conciencia como pueblo.

- Quiero que mi ciudad conserve la poca industria que le queda.

- Quiero que mi pueblo y mi comarca dejen de perder población y envejecer.


Y ya de paso saludáis de mis partes al Juancar y a la Sofi, que son de vuestra calaña, tanto de reyes, como de vagos.

Nochevieja y lebensraum

Reconozco que el término lebensraum carece por completo de sentido festivo-navideño. Pero es como mejor se puede definir la necesidad que surge en la agitada noche del nuevo año. La relación entre espacio y población se hace realmente asfixiante, aunque a partir de la segunda o tercera copa pierdes la noción del espacio y también del tiempo. Si se piensa con tranquilidad resulta del todo absurdo comenzar el año borracho como una cuba e hinchándote a ibuprofenos a la mañana siguiente. Y si decides no tomar nada viene a ser casi peor, todos hemos tenido alguna vez la desagradable experiencia de aguantar a los colegas en estado de embriaguez mientras tú estás en tus cabales. Nada recomendable.

Pues bien, este año ha sido más clara que nunca la necesidad de ese “espacio vital” para campar a tus anchas por los garitos. Se ha repetido más veces “perdón” o “por favor” que “feliz año”. Menos mal que los matasuegras no te siguen retumbando con la resaca del día siguiente. Es una lástima que quitaran la discoteca del Carrefour, ¿dónde ha ido toda esa gente este año a celebrar la Nochevieja? La verdad es que se notaban los bares más llenos de lo habitual. Y lo mejor en estos días es eso, ir de bares. Porque pagar una pasta para una de esas fiestas del Copa o de la Dolce me parece poco sano, además de aburrido. Aunque para ir de un bar a otro se pase algo de frío, pero no tienes que aguantar el mismo ambiente toda la noche. Pero te gastas menos, te perjudicas menos, y, yo creo, te lo pasas mejor.

Un aspecto realmente sangrante es la calidad de lo que te sirven. Hay en bares que te lo dan bastante decente, pero en la gran mayoría son alcoholes de ínfima calidad o el típico garrafón. Lamentable. No me extraña que la gente haga botellón, eso sí, cuando las temperaturas acompañen.

Feliz, agobiante y resacoso año nuevo.